[pnmxt006] 6×216 Mixtape 2021
by Gerardo Figueroa Rodríguez (GFR) [Chile]
Track list
Pueblo Nuevo Netlabel se complace en presentar “6×216”, un mixtape creado por el performer multi-plataforma1 chileno Gerardo Figueroa Rodríguez (GFR), conmemorando los 15 Años del sello.
Pueblo Nuevo Netlabel is pleased to present “6×216”, new mixtape by Chilean all-platform1 performer Gerardo Figueroa Rodríguez (GFR), celebrating the label’s 15 years.
VIDEO:
Reseñas / Reviews:
Acróstico sonoro: un ejercicio plunderfónico.
No existe mejor forma de celebrar un catálogo que meter todo a la juguera y apreciar el resultado. Al menos es eso lo que esperaba al enterarme de lo que haría Gerardo Figueroa, el experto plunderfonista, para elaborar su próximo mixtape en Pueblo Nuevo. Sin embargo, el resultado compilatorio, cargado de una energía intensa, densa y vibrante, no solo se perfila como una mezcla indescifrable de sonidos aglutinados en un track de 3 minutos, sino que también devela múltiples cargas simbólicas que revelan discursos en torno a procedimientos de composición, historia y tecnología.
“6×216” no tiene una premisa muy diferente a los demás mixtapes publicados por la plataforma. Se trata de un curador que propone una selección de músicas que forman parte del catálogo para ser presentadas bajo una nueva perspectiva temática y/o estética. Es esta metodología que el autor subvierte para incorporar una mirada más amplia. Figueroa selecciona los primeros seis segundos de todas las publicaciones de Pueblo Nuevo y las reencuentra en una sola línea argumental que da cuenta de la diversidad sonora y artística de la producción electrónica chilena desde mediados de los 2000.
Si bien la elaboración del mixtape sugiere un resultado sonoro ecléctico y lleno de clicks producto del copy paste, la música nos hace cuestionar si Figueroa dejó de lado su tarea de remixer y emprendió una labor compositiva de mayor envergadura. Ya a medio camino en el track es posible poner en juicio la naturaleza misma de estos conceptos y comenzar a entender que la propuesta post-digital del autor desdibuja los límites entre composición, remix, apropiación y re-significación. Por otra parte, no solo es el método utilizado por Figueroa el que otorga un desplazamiento orgánico a la narrativa de la pieza, sino que los sonidos utilizados se presentan como una fuente inagotable de ideas, discursos, narraciones y remezclas.
“6×216” es el vivo ejemplo de que el arte proceso no siempre se materializa en un resultado desprolijo. Por el contrario, la metodología matemática del autor para interpolar el material parte desde el cuidado por la calidad sonora. Es esta característica lo que da valor a los experimentos de Christian Marclay y a la técnica de Grandmaster Flash. El proceso le otorga una forma a la música, pero es la aproximación de Figueroa la que, en este caso, nos hace encontrar un acróstico sonoro escondido en más de una década de música electrónica chilena.
Sound acrostic: a plunderphonic exercise.
There’s no better way of celebrating a catalog than melting it all and tasting the results. At least, that’s what I’ve expected, learning that Gerardo Figueroa, Chilean plunderphonics expert, was in the making of a Pueblo Nuevo mixtape. The compilatory result, however, loaded with intense, dense, vibrant energy, is outlined not only as an indecipherable 3-minute track sounds mix, but also revealing multiple symbolic features on statements around composition, history and technology procedures.
“6×216” does not strictly differ from the netlabel’s previously released mixtapes: a curator proposing a selection of music from the catalog, presenting it under a new topic and/or aesthetic perspective. It is this very methodology which the author subverts, in order to incorporate a broader approach. Figueroa selects the first six seconds of each track included on each Pueblo Nuevo release, getting them together into a single storyline that accounts for the sonic and artistic diversity of Chilean electronic production since the mid-2000s.
While the making of the mixtape may suggest an eclectic, click-filled, copy-pasted sonic outcome, listening to it makes us wonder whether Figueroa set aside his remixer duties, undertaking a larger compositional work instead. Halfway on the track, it is possible to question the very nature of these concepts, understanding that the author’s post-digital proposal blurs the boundaries among composing, remixing, appropriating, and reworking. On the other hand, not only is the method by Figueroa providing an organic shift to the piece narrative, but the sounds herein used are presented as an inexhaustible source of ideas, statements, storytelling, and remixes.
“6×216” is the living proof that process art does not always materialize in a snevering result. Au contraire, the auteur’s mathematical methodology for interpolating material is based on sound quality care. It is this feature that makes Christian Marclay’s experiments and Grandmaster Flash technique valuable. Process shapes music, but it is Figueroa‘s approach which, in this case, leads to a sound acrostic hidden in more than a decade of Chilean electronic music.
Emilio Adasme Campos
Compositor / Composer
Comunidad Electroacústica de Chile (CECH)
(Santiago, Chile. Abril / April 2021)
“6×216”. Una operación estratégica.
“Variaciones IV” es una obra compuesta por John Cage en 1959 y estrenada ese mismo año en una galería de arte de Los Angeles, EEUU. En esta composición de 4 horas de duración, 12 músicos manipulan televisores y radios aleatoriamente desde las 7 pm hasta las 11 pm. Las indicaciones de Cage a los intérpretes son vagas, dejándolos libres de decidir qué sonidos incluir, en qué momento hacerlo y cuánto durarían. Con esto, Cage eludía participar directamente, liberándose y dejando de lado su expresión y gusto musical. La obra antes de su estreno no era más que una silueta y, sin ensayos previos, “ocurrió” sin él.
Antes de observar en las notas de programa que GFR hacía referencia al aforismo “el arte consiste precisamente en ir demasiado lejos”, sabía que así enfrentaría la tarea.
La libertad total en la invitación, su cercanía con el sello y con muchos de sus artistas, la extensión y diversidad del catálogo y, finalmente, su prontuario musical, eran componentes que le atraían y obligaban. Un terreno fértil para llegar lejos.
El punto de partida es político. GFR se propone incluir por partes iguales a todos los artistas que han publicado en el sello, pero, exprimiendo a Alain Robbe-Grillet, lo hace incluyendo todos los tracks del catálogo y finalmente, en una composición de menos de 4 minutos de duración.
- recopilar todo el material publicado por Pueblo Nuevo hasta fines del 2020/
- abrir PN001 y extraer los primeros 6 segundos de cada track. Guardar/
- importarlos y superponerlos generando un nuevo track de 6 segundos. Guardar/
- aplicar fade in y fade out de 1 segundo al comienzo y final del nuevo track. Guardar.
- calcular el bpm del nuevo track y taguearlo/
- repetir los 4 pasos anteriores sucesivamente hasta PN176/ (*)
- Importar todos los nuevos tracks y montarlos uno tras otro en orden creciente de bpm/
(*) En el caso de las compilaciones, los 6 primeros segundos de cada track constituyen el nuevo track (en esta instrucción no se sobreponen fragmentos de distintos artistas).
Con unas líneas de programación básicas, un computador podría ejecutar todo este tedioso trabajo con sólo un click. Hasta este momento, el compositor sólo ha generado indicaciones que preparan el material. Una metodología de composición en modo MUTE y que, al igual que en la citada obra de Cage, no tiene forma musical. Sólo preexiste un collage que aún no suena.
Es en este punto donde aparece el artista. El que no quiere dejar escapar su mixtape entregándolo por completo al computador. Justo a tiempo, da un giro y abandona la doctrinaria línea recta de “Variaciones IV”…
… en la pantalla, una línea de tiempo y un tren de 216 barras que, sin alterar el orden, GFR va traslapando según su apreciación musical. Escucha y vuelve a hacer pequeños movimientos una y otra vez. No hay mucho espacio de juego, pero lo hace con pinzas hasta llegar a la mezcla final. Estampa así su identidad y con precisión se apropia de la pieza.
La guinda de la torta:
- aplicar reverb sobre los últimos 15 segundos. Guardar/
- renderizar. Guardar/
- exportar/
¿Y el mixtape?… lo interesante es que en este frenético y denso viaje hay una coherencia musical. La electroacústica, el ruido, las grabaciones de campo, la música concreta y la música de baile conviven, mostrando tanto una evidente fragmentación como una elegante integración. Invita al receptor a entrar en un estado de atención, abrir los oídos, atrapar detalles, reconocer o creer reconocer samples, separar y conectar sonidos, pero invita también a recorrer el catálogo de Pueblo Nuevo.
El mixtape presenta una imagen panorámica de la libertad con que el sello ha construido su catálogo. El cruce de géneros musicales, la inclusión de la calle y la academia, de consagrados y emergentes, son temas que están en la genética de Pueblo Nuevo y el mixtape los expone.
Aparecen múltiples lecturas. Por ejemplo y por sorpresa, una anecdótica y misteriosa: el mixtape comienza con Alejandro Albornoz, José Vicente Asuar y Gustavo Becerra-Schmidt. Resultado inesperado que no ocurre por seguir un orden alfabético, ya que sabemos que el algoritmo que construye la secuencia responde a otro parámetro, sino simplemente porque la electroacústica suele contener silencios y ser “lenta”, permitiéndonos reconocer a esos artistas y a GFR comenzar el mixtape con autoridad.
Un buen trabajo en equipo; el artista obrero junto a su amigo el computador.
“6×216”. A strategic operation.
“Variations IV” is a work by John Cage, composed in 1959 and premiered that same year at an art gallery in Los Angeles, USA. In this 4-hour composition, 12 musicians randomly manipulate TV sets and radio receivers from 7 pm to 11 pm. Cage’s indications to the performers are vague, freeing them to decide what sounds to include, when, and their possible length. Thus, Cage avoided participating directly, also freeing himself, setting his self-expression and musical taste aside. Before this premiere, the work was no more than a silhouette, and, with no previous rehearsals, “happened”, without him.
Before reading in the liner notes that GFR referred to the “art consists precisely of going too far” aphorism, I knew this would be the way he would face the task.
Carte blanche in the invitation, a close relationship with the label and many of their artists, the catalog extension and diversity, and, last but not least, his working methods, were components that attracted and forced him to. A fertile ground to go that far.
The starting point is a political one: GFR aims at including all of the artists published by the label, but, squeezing Alain Robbe-Grillet to the max, it does so including every single track in the catalog and, finally, in a less than 4-minutes long composition.
- collect all Pueblo Nuevo released material up until late 2020/
- open PN001 and extract the first 6 seconds of each track. Save/
- import and overlay generating a new 6-second track. Save/
- apply a 1 second long fade in and fade out starting and ending each new track. Save.
- calculate new track bpm and tag it/
- repeat the previous 4 steps successively up to PN176/ (*)
- Import all new tracks and assemble them one after the other in increasing bpm order/
(*) In compilations, each track’s first 6 seconds constitute the new track (instruction here does not overlap different artists fragments).
Using basic programming lines, a computer could execute all this tedious work with just one click. So far, the composer has just generated indications that prepare the material. A MUTE mode composition methodology that, as in Cage’s aforementioned work, has no musical form. Just a pre-existing collage, no sound yet.
At this point, the artist appears, not letting his mixtape escape, turning it entirely over to the computer. Just in time, he takes a turn and leaves “Variations IV” doctrinal straight line…
… on the screen, a timeline and a 216 bars train GFR overlaps, without altering the order, according to his musical sense. He listens and makes small moves, over and over again. There’s not much room for playing here, but he manages to patiently reach the final mix, stamping his signature, accurately appropriating the piece.
The icing on the cake:
- apply reverb over the last 15 seconds. Save/
- render. Save/
- export/
What about the mixtape, then?… the interesting thing here is the musical coherence behind this frantic, dense journey. Electroacoustic music, noise, field recordings, musique concrète, and dance music coexist, showing both an evident fragmentation and an elegant integration. It invites the receiver to an attentive state, ears opened, grabbing details, recognizing – or making believe to – samples, separating and connecting sounds, thus going through Pueblo Nuevo catalog.
The mixtape presents a panoramic picture of the freedom the netlabel has made its catalog with: crossing over genres, grassroots and academy alike, well-known and rookies, embedded in Pueblo Nuevo’s DNA – all of which this mixtape unveils.
Multiple readings surface. For example, and surprisingly, an anecdotal, mysterious one: the mixtape starts with works by Alejandro Albornoz, José Vicente Asuar, and Gustavo Becerra-Schmidt. An unexpected result, not achieved by an alphabetical order, – we already know the algorithm building the sequence responds to other parameters -, but simply because electroacoustic music usually contains silences and is “slow”, allowing us to recognize those artists, and GFR to start the mixtape authoritatively.
A real good teamwork, indeed: the working-class artist and his friend, the computer.
Osvaldo Sotomayor Rojo
(Santiago, Chile. Abril / April 2021)
LA ILUSIÓN SÓNICA, práctica desde el encierro.
El año 2020 será recordado en la historia de la humanidad como el tiempo del no tiempo, el tiempo en el que el mundo se detuvo, el cual poco a poco fue dando paso a energías planetarias renovadoras que, a nivel global, y no diferenciando países ricos o pobres, occidentales u orientales, del norte o del sur, han ido sacando a la luz los inmensos desbalances que nuestra sociedad viene cargando, cual pesada mochila, desde tiempos inmemoriales. 2020 también es el año en el que Pueblo Nuevo, netlabel especializado en editar música de corte electrónico, cumple 15 años de vida activa e ininterrumpida. A modo conmemorativo, aún en medio de tiempos de pandemia, cuarentenas y estallidos sociales, Mika Martini, co-fundador del sello y actual director del mismo, decidió encargar una serie de mixtapes que se nutrieran del material editado por el netlabel a lo largo de su historia. La frase que caracteriza y sintetiza la esencia del propio sello se hace así más vigente que nunca: resistir y permanecer.
Cuando Mika convocó, entre otros colaboradores, a Gerardo Figueroa Rodríguez para confeccionar uno de estos mixtapes, seguramente nunca imaginó la extraña morfología musical que este alcanzaría. Hay que decir, con toda honestidad, que el resultado final, tanto en su sonoridad como en su formato, se aleja a tal punto de los convencionalismos, que se hace incluso difícil categorizar este trabajo dentro de lo que es (o se supone debe ser) un mixtape en el sentido tradicional del concepto. Con seguridad, Mika Martini nunca imaginó que el “mixtape” entregado por Figueroa incluiría todo (y aquí recalco) absolutamente todo el material editado por Pueblo Nuevo en estos 15 años. Tampoco imaginó que tamaña obra monumental estaría resumida en un solo track. Y mucho menos pudo anticipar, de eso estoy seguro, que este único track tendría una duración de apenas 3’37”. Tal como en un acto de prestidigitación (donde la ilusión de lo que es, en un instante parece no ser), incontables horas de música se reducen a un único tema crípticamente titulado “6×216”, el que, gracias a su breve duración, bien podría homenajear los tiempos de gloria discográfica de décadas pasadas y ser editado como single en un vinilo de 7” y 45 rpm.
A primera escucha, “6×216” aparece como un tren que pasa frente a nosotros a velocidad crucero sin detenerse, dando apenas tiempo para que nuestros oídos puedan fijar su atención en algún sonido en particular, donde cada vagón es de un color y forma distinta. A pesar de lo rápido que se suceden los acontecimientos se puede apreciar que, en su diversidad, todos los vagones de este tren de sonidos son iguales en tamaño, dando lugar a una suerte de zapping musical de ritmo constante que le entrega total cohesión al mixtape. A nivel sensorial, es como saborear todos los bocados disponibles en una bandeja, generándose finalmente una yuxtaposición de sabores que, a su vez, son un «otro» sabor que los incluye a todos, pero que no es ninguno. Por momentos, si llevamos la experiencia al imaginario visual, “6×216” se nos presenta como si observáramos un paisaje parcelado, sin límites ni rejas divisorias aparentes, en el cual cada parcela es del mismo tamaño y forma, pero cuyo terreno va variando a medida que el paisaje se extiende ante nuestros ojos. Territorio rocoso, desértico, árido, selva tropical, montañas y glaciares… todo coexiste en su natural belleza y diversidad, y cada cual lo hace en la misma proporción, sin protagonismos de ningún tipo. En conclusión, puedo decir que, engañosamente amparada bajo la denominación de mixtape, “6×216” se presenta como una obra musical por derecho propio.
¿Es posible condensar 15 años de historia de Pueblo Nuevo, en apenas tres minutos y medio de música? Tal como un mago que generosamente enseña sus trucos, en las propias notas de programa el autor entrega interesantes detalles de cómo logró dicha hazaña, explicando de manera exhaustiva la metodología utilizada, la cual demuestra una planificación rigurosamente intelectual y, sin embargo, sugiere una apertura y disposición a dejar que el “azar” intervenga de manera libre y espontánea en el desarrollo de la obra. Lo que a primeras luces pareciera ser una evidente contradicción entre intelecto e intuición, resulta más bien ser un perfecto equilibrio entre mente y corazón, lo cual me lleva a pensar en el hecho de que el azar, como tal, no existe en ninguna experiencia de vida, si no que en realidad los hechos se suceden en un devenir de sincronicidad, en donde, a un nivel más profundo, todo está conectado de alguna forma invisible pero claramente palpable. Con esa disposición en mente, Gerardo Figueroa Rodríguez estableció un método de trabajo en el que dejó, de manera consciente e inconsciente, espacio para que la propia obra, en definitiva, fuera mostrando la pauta de cómo se iba armando a sí misma, convirtiéndose el autor en un instrumento o canal, más que un creador de “pleno derecho”. De esta manera Figueroa busca llevar al mínimo su propio sesgo personal: es como si intentase dar un paso al costado, actuando de manera casi invisible. Aún así, el sólo hecho de adoptar esa actitud constituye un sello en sí mismo, ineludible y propio del autor, lo cual entrega a este mixtape la categoría de obra musical autoral en sí misma.
Las interesantes notas de programa que acompañan esta obra explican su aparentemente críptico nombre: de las 216 obras incluidas (que abarcan lanzamientos desde julio de 2005, hasta diciembre de 2020, formatos físicos y otros mixtapes inclusive) se utilizaron rigurosamente los 6 primeros segundos de cada track, de cada disco. Esta idea de incluirlo todo, absolutamente todo, resulta de una belleza casi mística, pues permite que coexistan en poco más tres minutos y en perfecta armonía, música de géneros y estilos tan diversos que, de otro modo, difícilmente podrían convivir dentro de un mismo track. Obras electroacústicas y electrónicas de club, experimentales y noise, ambient y de corte dance, todas son tratadas de manera igualitaria, cual si fueran seres diferentes en forma, cultura, idioma, raza y color, pero que en su alma pura son lo mismo en esencia: en todos los casos, se trata de sonidos organizados de algún u otro modo. Curioso resulta el hecho de que, en su limitado conocimiento sobre cómo actúan los complejos algoritmos de software de procesamiento de audio, Figueroa haya decidido confiar la disposición y organización del material sonoro precisamente a programas computacionales de reconocimiento de tono y tempo. Si la idea era agrupar los sonidos por similitud, el “mal” funcionamiento de este método resultó totalmente afortunado en este caso, dando lugar a una obra que, en su breve duración, entrega una gran diversidad sonora que, de haber estado “verdaderamente” organizada de acuerdo a tempos y tonos, hubiera resultado muchísimo más plana en su desarrollo evolutivo. Lo hermoso de este proceso, es que se utiliza un método con rigor casi científico para finalmente dar paso a resultados azarosos. Nuevamente se me viene a la cabeza la idea de que nada es casualidad si no causalidad. Otro aspecto interesante tiene que ver con la decisión del autor de no someter el mixtape a un proceso de masterización final. Intuitivamente, y sin conocer a cabalidad la manera en que interactúan múltiples sonidos cuando conviven en una mezcla multi-pista, Figueroa decidió alterar los volúmenes de las muestras de audio originales para evitar la (de otra forma inevitable) saturación del sonido resultante. Esto hace que “6×216” exprese un nivel sonoro que sería considerado sub-estándar según las normas actuales, pero que rememoran el sonido de los CD de las primeros años ‘90, o de fines de los ‘80, cuando los métodos de masterización aún no hacían uso (y abuso) de los procesos de híper-compresión dinámica, dándole a este mixtape un sabor bellamente “vintage” en su sonido global, lo cual se agradece, pues logra que la obra retenga algo del ya escaso rango dinámico con el que vio la luz.
En definitiva, esta es una obra musical que funciona en varias capas: se le puede dar play y disfrutar de manera “superficial”, dimensión en la cual funciona perfectamente dada su bella cualidad sonora. Aún así, estoy seguro que a más de algún auditor se le hará imposible resistir la tentación de bucear un poco más profundo y escuchar “6×216” repetidamente, poniendo cada vez más atención, consultando acuciosamente la guía entregada por el autor, revisando con lupa el listado de todos los fragmentos musicales utilizados. Cual si se tratara de un juego de puzzle; “afinar el oído” e intentar reconocer las distintas piezas que lo componen, se transforma en un lindo juego-desafío. Constituye, de esta manera, una invitación a descubrir y re-descubrir el vasto y variado catálogo de Pueblo Nuevo, el cual, de seguro, tomará otra dimensión en el oyente luego de escuchar este mixtape. Sumergiéndose en aguas aún más profundas, ésta se transforma en una obra de carácter interactiva, que invita al auditor no sólo a escucharla, sino a ser parte de la misma. Precisamente, la inclusión de una carpeta con todos los samples utilizados, son la motivación perfecta para que el propio auditor se transforme en creador y así haga su propia versión de “6×216”… tal vez para ser incluida en el lado B del vinilo 7”.
SONIC ILLUSION, lockdown practice.
2020 will be remembered in human history as the no-time time, the time when the world stood still, gradually moving towards renewing planetary energies which, globally, not differentiating rich or poor countries, Western or Eastern, North or South, have brought the enormous imbalances our society has been carrying like heavy backpack, since immemorial times, to light. 2020 is also the year Pueblo Nuevo, electronic music oriented netlabel, celebrates 15 years of active, uninterrupted life. In order to commemorate, and in the midst of these pandemic, lockdown, social unrest times, Mika Martini, netlabel co-founder and current head, commissioned a series of mixtapes nourished by the material released throughout their history. The statement that highlights and summarizes the very netlabel essence becomes more in force than ever: resist and remain.
When Mika summoned Gerardo Figueroa Rodríguez, among other collaborators, to make one of these mixtapes, he surely never imagined the strange musical morphology this would achieve. It should be noted, very honestly, that the result, both in terms of sound and format, departs to such an extent from convention that it’s even difficult to categorize it within what is (or is supposed to be) a mixtape in a traditional sense. Surely, Mika Martini never imagined the “mixtape” Figueroa delivered would include everything (and I emphasize here) absolutely all the material ever released by Pueblo Nuevo in these 15 years. Nor did he imagine that such a monumental work would be summarized into a single track. Much less could he anticipate, I am sure of, this single track would last only 3’37”. Just like a prestidigitation act (where the illusion of what is like, suddenly seems not to be), countless hours of music are reduced to a single track, cryptically called “6×216”, which, due to its short length, could easily honor the glorious record industry from decades ago, being released as a 7″, 45 rpm vinyl single.
At first listen, “6×216” appears as a train passing in front of us at a non-stop cruising speed, not allowing our ears to focus on some particular sound, being each railcar a different color and shape. Despite how fast events occur, you’re able to realize that, in their variety, all carriages of this sound train are equal in size, resulting in a sort of a constantly paced musical zapping, providing total cohesion to the mixtape. On a sensory level, it feels like savoring all the bites available on a tray, eventually generating a juxtaposition of flavors that, in sum, becomes an «other» flavor – including them all, but being none in particular. If we take the experience to the visual realm, “6×216” is presented as observing a plotted landscape, with no visible limits or dividing bars, each portion the same size and shape, but varying terrain as the landscape extends in front of our eyes: rocky, desert, arid territory, rainforest, mountains, and glaciers… everything coexists in its natural beauty and diversity, each in the same proportion, without any prominence. In conclusion, I would say that, deceptively buffered under the “mixtape” label, “6×216” presents itself as a musical work in its own right.
Is it possible to condense 15 years of Pueblo Nuevo history into just three and a half minutes of music? Like a magician who generously teaches his tricks, the liner notes provide interesting details of how the auteur accomplished this feat, exhaustively explaining the methodology used, demonstrating a rigorously intellectual planning and, yet, suggesting an openness and willingness to let «chance» freely and spontaneously intervene in the work unfolding. What at first glance seems an obvious contradiction between intellect and intuition, turns into a perfect mind and heart balance, leading me to think that chance, as such, does not exist in any life experience, but facts happen in a true becoming of synchronicity, where, on a deeper level, everything is connected in some invisible but clearly palpable way. This willingness in turn allowed Gerardo Figueroa Rodríguez to establish a working method which, consciously and unconsciously, left room for the work itself to portray its making patterns, becoming an instrument or channel, instead of standing as a creator in full force. Thus, Figueroa seeks to minimize his personal bias: trying to step aside, almost invisible. Even then, adopting this very attitude constitutes an inescapable hallmark, typical of any author, giving this mixtape itself the category of auteurial, musical work.
The interesting liner notes explain its seemingly cryptic name: out of 216 works included (going from July 2005 to December 2020 releases, including physical formats, and even other mixtapes), the first 6 seconds of each track of each album were rigorously used. This idea of including everything, absolutely everything, carries an almost mystical beauty: in over three minutes, and in perfect harmony, allows music of extremely diverse genres and styles to coexist, otherwise, hardly getting along within the same track. Electroacoustic and electronic club works, experimental and noise, ambient and dance-oriented, all of them are treated equally, as living beings different in form, culture, language, race and color, but that same in essence, in their pure soul. All in all, these are sounds, organized in some way or another. Curious is that, in his limited knowledge of how complex audio processing software algorithms work, Figueroa decided to entrust the arrangement and organization of sound material precisely to computer tone and tempo recognition softwares. If the idea was grouping the sounds by similarity, the method’s “malfunctioning” proved totally fortunate in this case, resulting in a work that, in its short duration, delivers a sonic diversity that, if “formally” organized, according to tempos and tones, would have been much plainer in its evolution and development. The beauty of this process is that an almost scientifically rigorous method gives way to random results. Again, the idea that nothing is chance but causation comes to my mind. Another interesting aspect has to do with the author’s decision not to subject the mixtape to a final mastering process. Intuitively, and without fully understanding how multiple sounds interact when layered into a multi-track mix, Figueroa decided to alter the original audio samples volume to avoid the (otherwise unavoidable) overall saturation. This causes “6×216” to deliver a sound level that would be considered sub-standard according to current trends, recalling the early ’90s, or late ’80s CDs sound, when mastering methods still did not use (and abuse) hyper-dynamic compression, providing this mixtape a beautiful, “vintage” flavor, which is appreciated, allowing the work to retain some of the little dynamic range it was born with.
In a nutshell, this is a musical work working in several layers: you can press play and enjoy it in an “overall” way, a realm where it perfectly works at, given its beautiful sound qualities. Even then, I can assure that more than one listener will find it impossible to resist the temptation of diving a little deeper, listening to “6×216” repeatedly, paying each time more and more attention, carefully reading the guide by the author, checking the list of musical fragments with a magnifying glass. Just like a puzzle game; “tuning up the ear” and trying to recognize the different pieces, turns into a charming game-challenge. It is, thus, an invitation to discover and re-discover Pueblo Nuevo’s vast and varied catalog, which will surely take on another dimension for the listener after hearing this mixtape. Diving in even deeper waters, it becomes an interactive work, inviting not only to listen to it, but to be part of it. Precisely, downloading the samples folder is the perfect motivation for becoming a creator, making our own “6×216” version… maybe to be included on the 7″ vinyl B-side.
Renzo Torti-Forno
Compositor, Productor Musical / Composer, Music Producer
(Santiago, Chile. Abril / April 2021)
Agradecimientos / Acknowledgments:
Infinitas gracias a quienes me han acompañado en este tiempo de múltiples maneras, por su cariño, amistad y apoyo incondicional. “This one ‘s for you…”
Million thanx to those by my side in many different ways, for their affection, friendship and unconditional support. “This one’s for you…”
Track List:
01. 6×216 Mixtape (2020-21) (03:37)
Playlist completo y detallado consulte las Notas de programa / Complete and detailed Playlist see Liner notes.
Descargar Carpeta de samples / Download Samples folder.
Tiempo total / total play: 03:37
Estilo / Genre:
Experimental | Plunderphonics | Reworks
BAJA GRATIS EN MP3/FLAC/WAV DESDE / FREE DOWNLOAD MP3/FLAC/WAV AT:
https://pueblonuevo.cl/6×216/
https://archive.org/details/pnmxt006
INFORMACIÓN DEL DISCO / RELEASE INFO:
Release “6×216 Mixtape” [pnmxt006], 04.2021.
Copyright: Licenciado para el público bajo Creative Commons:
Reconocimiento – No Comercial – Compartir Igual – 4.0
https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/
Créditos / Credits:
“6×216 Mixtape”, compilación conmemorativa del 15° aniversario de Pueblo Nuevo / “6×216 Mixtape”, Pueblo Nuevo 15th anniversary compilation.
Material sonoro organizado por Gerardo Figueroa Rodríguez (GFR) en MacOS Catalina 10.15.17 con softwares Audacity 2.4.1, Loopback 2.2.2, Virtual DJ 8.5.6263 (sin actualizar), VLC Media Player versión 3.0.12 Vetinari (Intel 64 bit) y planilla de cálculo de Google Drive, en las comunas de Conchalí y Maipú (Región Metropolitana de Santiago), entre el 13 de septiembre de 2020 (fase sanitaria 2) y el 21 de febrero de 2021 (fase sanitaria 3) / Sound material organized by Gerardo Figueroa Rodríguez (GFR) on MacOS Catalina 10.15.17 with Audacity 2.4.1, Loopback 2.2.2, Virtual DJ 8.5.6263, VLC Media Player version 3.0.12 Vetinari (Intel 64 bit), and Google Drive spreadsheet, in Conchalí and Maipú (Santiago, Chile), from September 13, 2020 (step 2) to February 21, 2021 (step 3).
Sound clips etiquetados por Gerardo Figueroa Rodríguez (GFR) entre el 26 de febrero y el 12 de marzo de 2021 (fases sanitarias 3 y 2, respectivamente) con softwares Audacity 2.4.1 y Ocenaudio 3.7.12, 64 bits / Sound clips tagged by Gerardo Figueroa Rodríguez (GFR) from February 26 to March 12, 2021 (steps 3 and 2, respectively) with Audacity 2.4.1 and Ocenaudio 3.7.12, 64-bit.
Todos los tracks utilizados fueron producidos por sus respectivos autores / All tracks used produced by their artists/composers.
Diseño por / Artwork by Mika Martini.
Ilustración de portada por / Cover illustration by Claudio Pérez P. (Ud.No!) @usted_no
Versión en inglés por / English version by Carlos McPherson, Elbow Beach, Bermuda, Abril / April 2021.
A GFR Broadcasting System – Pueblo Nuevo Netlabel joint venture.
1 Schumacher 2018.
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